domingo, 1 de agosto de 2010

Personajes
Palabras

Después de el entierro de mi madre estuve observando su lapida durante varias horas, cuando alze la cabeza ya no quedaba ninguno de los familiares, no sabia cuanto tiempo había estado allí observando el nombre en su lapida, mirándolo a la vez que recordaba todos los momentos que viví con ella y los que me habría gustado hacer. Me levante y mire una ultima vez la lapida antes de alejarme de ella caminando. Al lado del cementerio había un parque bastante descuidado, los arboles se estaban secando y las zonas donde jugaban los niños estaban parcialmente destrozadas. La maleza casi ocultaba el parque, estire mis manos y aparte la maleza de mi camino y entre en aquel desolado parque. Todo estaba destrozado y milagrosamente los columpios habían sobrevivido. Me encamine en dirección a ellos y me senté en uno de ellos, lentamente con cada recuerdo me empeze a balancear. Mi madre haciendo la comida y yo llegaba con su regalo de cumpleaños, ella sobresaltada dejo caer la comida y un vaso se rompió en mil pedazos. A pesar de eso no pusimos a reír como si lo que nos ocurrió hubiera sido lo mas divertido del mundo. Esbocé una sonrisa recordando aquellos momentos que había pasado con ella y que ya no los volvería a tener, cuando oí un ruido tras la maleza. Mire en dirección a donde creía oír el ruido y vi a una chica salir de ella, era bastante joven. Ella me miro y se acerco a mi. Se sentó en el otro columpio, al lado mio y miro al suelo. Yo la mire extrañado, se había acercado como si me quisiera decir algo, pero no había abierto la boca.
-Hola...- Le dije yo, para ver si me contestaba
-Hola...me llamo Lizbeth... -Dijo sin cortarse, parecía que la chica era bastante extrovertida.
-John. -Le conteste mientras yo también miraba al suelo.
Lizbeth me miro y observo mis ojos rojos de llorar y vio que iba todo de negro.
-Seguro que sera feliz...
-Eso espero...pero porque a ella? -Le pregunte impotente.
-La vida es muy injusta, pero piensa que ella se fue para dejar que otro niño nazca y pueda disfrutar como lo hizo ella...
Mire a Lizbeth asombrado, parecía que sabia muy bien lo que decir para arreglar las cosas.
-Gracias por abrirme los ojos...
-No hay de que... -Dijo mientras se levantaba y se dirigía a la maleza otra vez. La vi alejarse, había hecho algo mal? Cuando volví a fijarme en ella ya había desaparecido. Una chica misteriosa pensé. Mas tarde me fije en que donde ella había estado sentada se encontraba una tarjetita blanca. La cogí y la mire.

Elizabeth White Houston
Psicóloga

Mas abajo se hallaba la dirección de el edificio donde trabajaba y su numero del teléfono del trabajo. Le di  vuelta a la tarjetita y escrito en bolígrafo encontré "Todo se puede cumplir si lo deseas con todas tus fuerzas". Esboce nuevamente una sonrisa y guarde la tajeta en mi bolsillo. Luego salí de aquel parque.

Chloe se bajo del taxi y le dio las gracias al taxista por haberla llevado hasta el lugar donde quería, luego le pago y dejo que el taxista se volviera a ir. Caminaba por la calle como si fuera una modelo, como si pronto se fuera a comer el mundo. Sonrió al escuchar una canción en una tienda "Love Song" de Sara Bareilles. Delante de esta tienda había una paso de peatón para cruzar la calle, Chloe espero a que el semáforo se pusiera en verde para poder cruzar.
Conducía bastante mas deprisa de lo normal, pero poco a poco fui reduciendo, no quería que la policía me pusiera una multa. Escuche una canción en la tienda que se encontraba en la acera, "Love Song" bonita canción pensé. Luego volví a mirar hacia delante...
-Ahhh
Pise el freno con todas mis fuerzas y conseguí parar el coche a escasos centímetros de una chica que estaba cruzando un paso de cebra.
-Perdón, no estaba centrado en la  carretera... -Le dije a la chica tratándome de disculpar
Ella me miro y se acerco a mi ventanilla. Al mirarla de cerca observe que era bellisima.
-A ti donde te dieron el carné de conducir? Lo comprastes en la tele? -Dijo enfadada
-Lo siento, de verdad que lo siento no que..
-No me importa lo que digas, me podrías haber matado... -Esto fue lo ultimo que me dijo para después irse a  cruzar el paso de cebra antes de que el semáforo se volviera rojo. La mire como se iba molesta por lo que "casi" le había hecho. El semáforo se puso verde para los coches y volví a conducir por la carretera con la imagen de aquella chica en mi  cabeza.

Chloe caminaba por la avenida enfada pensando en lo que le había ocurrido, aquel estúpido casi la mata y lo único que el había echo era disculparse y ella como una tonta ni se le había pasado por la cabeza denunciarlo. Después de todo aquel chico le había parecido una buena persona.
Kate acababa de salir de la redaccion del periodico donde trabajaba
-Bueno Jack -Le dijo a un compañero que trabajaba con ella en el periodico. Luego se giro para ir a lugar donde siempre estaba el vendedor ambulante que vendia aquellos dulces que le gustaban tanto, pero en su camino se interpuso algo que hizo que se cayera hacia atras haciendo que todos los papeles que llevaba en la mano volaran por el aire.
A Chloe le empezo a sonar el movil, lo empezo a buscar dentro de su bolso, pero el bolso era tan grande que no lo encontraba. Un gran dolor al chocar su cabeza con algo hizo que se cayera hacia atras. Cuando pudo abrir los ojos, se llevo la mano a la cabeza y observo la escena. Una chica estaba delante de ella tan aturdida como ella y habia muchos papeles esparcidos por el suelo. Kate la miro y luego miro sus documentos, los miro con pena mientras la gente pasaba por encima de ellos dejando la huella de la suela de los zapatos en las hojas.
-Lo siento... -Susurro Chloe con un gran dolor de cabeza.
-No pasa nada...tengo copias. -Al parecer aquella chica o tenia un buen dia o no solia enfadarse con nadie.
-Lo siento de verdad... -Dijo Chloe incorporandose y poniendose de pie.
-Tranquila si la culpa fue mia...
-No, iba yo despistada. -Dijo Chloe mientras se frotaba la cabeza.
-Tranquila que no paso nada...
-Pero tu trabajo...
-No importa, solo lo tengo que imprimir ya esta...
-Pero eso no quita que te vaya a invitar a una cafe a modo de disculpas.
-...Vale -Dijo Kate sonriendo.
Juntas se fueron a un bar del que habia oido hablar Chloe donde se servian unos cafes buenisimos. Juntas las dos chicas pasaron horas hablando de sus problemas y cosas extraordinarias que le habian pasado.

viernes, 30 de julio de 2010

Despedida


El móvil empezó a sonar. Me levante de la silla y me dirigí a la chaqueta que estaba colgada en el perchero del despacho. Busque en un bolsillo y no lo encontré, busque en el otro y cogí el móvil entre mis brazos. Lo abrí, era un numero que no tenia en la memoria del móvil.
-Si? -Dije al teléfono. Una voz empezó a salir de mi móvil. Diez segundos después de estar escuchando el teléfono móvil mi mano dejo de ofrecer fuerzas y mi móvil cayó al suelo, partiéndose en varias piezas. Por mi rostro empezó a caer una lágrima. Después de esta lágrima, le siguieron muchas mas, poco a poco estas fueron mojando el suelo. Me senté en un sillón que había en mi despacho. No podía estar pasando eso. Mientras hundía mi cabeza en mis manos la puerta de mi despacho se abrió. Era Belinda, mi secretaria.
-Señor...-Empezó a decir mirando unos documentos que llevaba entre sus manos, luego alzo la vista y me miro. -Si quieres vengo en..
-Quedate por favor... -Le pedí levantando la cabeza de mis manos. Belinda se acerco y se sentó en el sillón, me paso una mano por mi espalda intentando reconfortarme.
-Le pasa algo? -Me pregunto mientras buscaba mis ojos.
-Mi ma...ma.. -Empecé a decir, pero no me hizo decir nada mas, porque Belinda me comprendio desde el primer instante. Desde el primer momento que me habían ascendido a abogado jefe había empezado a tratar a la gente como si no fueran mas que simples esclavos que no tuvieran sentimientos, pero sabia que lo que me estaba ocurriendo marcaría un antes y un después en mi vida.

Chloe acababa de salir de la tienda de ropa donde trabajaba como dependienta. Había tenido un día bastante ajetreado y decidió ir a la cafetería dos manzanas mas abajo de la calle donde se encontraba su trabajo. Como de costumbre cuando abrió la puerta sonó la campanilla que anunciaba que alguien había entrado.Chloe se dirigió hacia la barra y se sentó en una de las sillas altas de metal con el apoyadero en rojo. Una de las camareras vestidas de azul turquesa con su delantal blanco se acerco a ella con una libreta en la mano y un bolígrafo.
-Un café de moca con leche desnatada de soja... -Dijo Chloe sin levantar la vista de unos bocetos del nuevo vestido que iba a diseñar. Iba vestida con una camisa blanca, cubierta por un abrigo rojo, llevaba una falda de cuadros, unas medias negras y un tacones rojos, todo esto combinado con una boina negra y montones de collares. La camarera llego con el pedido de Chloe y se lo puso en la mesa. Extendió la mano mientras mascaba el chicle que tenia en la boca descaradamente. Chloe la miro.
-Ah si... -Dijo mientras ponía en la mano de la mujer cinco dolares. La camarera se alejo del lugar donde estaba Chloe con los cinco billetes de un dolar. Después de unos minutos Chloe recogió sus cosas y salio de aquella cafetería, dejando el café como se lo habían traído. La campanilla volvió a sonar cuando salio de la cafetería. Camino por las calles mojadas por la tormenta de lluvia que había caído esa mañana en Nueva York. Se acerco a la carretera y alzo un brazo.
-Taxi!! -Grito a la carretera mientras empezaban a pasar varios taxis, después de que pasaran tres vehículos un taxi paro delante de ella. Chloe abrió la puerta de aquel coche amarillo y se metió dentro.
-A Manhattan... -Le dijo al taxista mientras se acomodaba en el sillón trasero del taxi.

Después de vestirme para el entierro de mi madre, cogí las llaves del coche y salí de mi apartamento. Baje por el ascensor con dos vecinos mas, trate de disimular las lágrimas que caían por mi cara. Deseaba con todas mis ganas que el ascensor llegara a la planta baja. Después de diez segundos aproximadamente el ascensor se paro. Las puertas se abrieron y aparecí en la recepción del edificio. Salí a la calle a través de las puertas principales. Mire la ciudad de Nueva York en plena acción, la gente iba de un lado para otro como si no hubiera pasado nada. Saque las gafas de sol de mi bolsillo y me las puse mientras empezaba a caminar por la acera buscando mi coche. Después de girar en dos esquinas lo encontré, apreté el botón de mis llaves para que el coche se abriera estomáticamente y me metí dentro. Metí las llaves en la ranura y arranque el coche. Me adentre como pude en la carretera. La carretera estaba abarrotada de coches y el trafico iba muy lento. Después de una hora y media conseguí llegar a la zona donde enterraban a mi madre. Por el camino había comprado un ramo de flores de cera, las flores con las que se había casado mi madre, y una corona de flores. Me baje de mi deportivo lentamente. El entierro no era algo muy publico, solo se encontraban los familiares mas apegados a ella. Estaban mi padre, mis dos tías y sus respectivos maridos y mis tres primos. Me acerque a mi padre que miraba el ataúd con nostalgia. Le puse la mano en su espalda y le mire. Con la otra mano me quite las gafas. Mi padre pudo observar mis ojos rojos. El solo sonrió.
-No llores mas, a tu madre no le gustaría y dentro de unos cuantos años la volverás a ver... -Dijo esbozando una leve sonrisa. Me asombraba la actitud de mi padre, pero sus palabras me convencieron, poco a poco fui esbozando una leve sonrisa, pues sabia que mi madre estaría en un lugar mejor y algún día la volvería a ver.